lundi 23 juillet 2007

Las Tres Libélulas

(reflexión sobre un cuento árabe en “El Coloquio de los Pájaros”)

Intrigadas y fascinadas por la llama de una lámpara que ardía a la puerta de un templo, tres libélulas se reunieron para discutir acerca de que era realmente el misterio del fuego. No convencidas por la sola y ciega atracción, decidieron investigar más de cerca y así, la primer libélula se aproximó a la flama hasta que el calor comenzó a hacerle daño.

Volvió con su grupo que le miraba a prudente distancia para ser recibida con la gran pregunta:
-¿Has descubierto realmente qué es el fuego?-

A lo que ella respondió:
-Es agradable al principio, pero después duele y como no quiero sufrir no seguí más adelante; me conformo con saber eso-

La segunda libélula pensó: “mi compañera ha estado cerca pero pienso que “eso” no es realmente el fuego”; por lo que decidió repetir la aventura.

Así que en carne propia conoció esta vez el acogedor calorcito que invitaba a más, mientras se hacia más intenso. Embriagada por la luz se armó de valor y orgullo y siguió adelante hasta que su frágil cuerpo rozó la naranja flor quemándole un ala. Herida, volvió con sus compañeras que admiradas, reconocieron su valor. Más la tercer libélula, que no era tan práctica como la primera ni tan resistente como la segunda, pensó para sí: “aunque ha tocado el fuego, mi hermana no ha conseguido descubrir realmente de que se trata “el verdadero fuego”. ¡Debo saberlo, iré mas allá!”.

Dejó atrás vanidades y voló sin pensar hasta el candil y repitió la experiencia que conocía de oídas. Sintió placer, sintió dolor, pero su corazón ardía más que mil flamas juntas, por lo que lo abrió para que salieran de él miedos y dudas. Cerró ojos y mente y siguió adelante guiada por la fe hasta que las transparentes alas fueron lamidas y todo su cuerpo se confundió con la tan amada tea y ardió en sí misma.

Así pues, la tercer libélula conoció por fin la esencia del fuego, desentraño su misterio y comulgo con él; ella misma se volvió calor y lumbre; desgraciadamente para toda la creación jamás regresó para contarnos el secreto de “cómo es”.

El amor (como la atrayente flama) continúa siendo imán de sueños y deseos, jardín de heridas y dolores jamás pensados; pero ahora más que nunca siento la necesidad de abrazarlo y que me abrace. Sólo sé que quiero llegar al final y conocer al fin su verdadera naturaleza sin pretender entenderla. Sé que no hay regreso pero...

...no se me ocurre un mejor lugar a donde ir.

2 commentaires:

Anonyme a dit…

Q bonita historia!! En este momento me identifico con la segunda libélula, Para volver e intentar descifrar "como es" creo q pasara mucho tiempo por lo menos hasta q las heridas sanen.
Hay q ser un poco masoquista para entregarse al amor pero en eso también esta lo bonito, en el matiz q le da a la vida lo incierto, lo improvisado , lo impredecible . En fin creo q el tema da para interminables posts

Miguel Barrios Payares a dit…

ja, mi amiga supongo has de ser muy sensible, tu siempre sacas la frase o palabra adecuadasalu2
cuidate.
un gran beso