lundi 16 avril 2007

MI VIAJE EN TREN


Hace algún tiempo atrás, leí un libro

que comparaba la vida con un viaje en tren.

Una lectura extremadamente interesante,

cuando es bien interpretada.

La vida no es más que un viaje por tren:

repleto de embarques y desembarques, salpicado

de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en otros

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos

con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres

Lamentablemente la verdad es otra.

Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad

y su compañía irreemplazable

No obstante esto no impide que se suban

otras personas que

serán muy especiales para nosotros.

Llegan nuestros hermanos,

amigos y esos amores maravillosos.

De las personas que toman este tren, habrá también

los que lo hagan

como un simple paseo

Otros que encontrarán solamente tristeza

en el viaje…

Y habrá otros que,

circulando por el tren,

estarán siempre listos en ayudar

a quien lo necesite

Muchos al bajar,

dejan una añoranza permanente…

Otros pasan tan desapercibidos

que ni siquiera nos damos cuenta

que desocuparon

el asiento

Es curioso constatar

que algunos pasajeros,

quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro.

Por lo tanto,

se nos obliga a hacer el trayecto

separados de ellos.

Desde luego, no se nos impide que durante el viaje,

recorramos con dificultad nuestro vagón

y lleguemos a ellos...

Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento

No importa; el viaje se hace de este modo:

lleno de desafíos, sueños, fantasías,

esperas y despedidas...

pero jamás regresos

Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.

Tratemos de relacionarnos bien con todos

los pasajeros, buscando en cada uno,

lo mejor de ellos

Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos…

Ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda

El gran misterio, al fin,

es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos,

mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros,

ni siquiera el que está sentado

en el asiento de al lado.

Me quedo pensando

si cuando baje del tren,

sentiré nostalgia...

Creo que sí.

Separarme de algunos amigos

de los que hice en el viaje

será doloroso.

Dejar que mis hijos sigan solos,

será muy triste.

Pero me aferro a la esperanza de que,

en algún momento,

llegaré a la estación principal

y tendré la gran emoción

de verlos llegar con un equipaje

que no tenían cuando embarcaron

Lo que me hará feliz,

será pensar que colaboré

con que el equipaje creciera

y se hiciera valioso

Amigo mío, hagamos que nuestra estadía

en este tren sea tranquila,

que haya valido la pena.

Hagamos tanto,

para que cuando llegue el momento

de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza

y lindos recuerdos

a los que en el viaje permanezcan

A tí, que eres parte de mi tren, te deseo un...

¡¡¡Feliz viaje!!!

1 commentaire:

Miguel Barrios Payares a dit…

sabes, es muy bello y real, me pone un poco melancolico, pero esto es parte del viaje tambien

gracias tania.
un gran beso